¿Te has parado a leer los ingredientes de tus cosméticos? ¿Sabes por qué se ordenan de esa manera? Entender los productos de belleza que usamos es importante para así poder aportar a nuestra piel lo que realmente necesita. Si todavía no sabes la diferencia entre un activo y un excipiente, este artículo es para ti.
Llevo un tiempo con ganas de hablaros sobre formulación e ingredientes en cosmética. No te asustes, no va a ser un post complicado ni técnico, pero te va a ayudar a entender cómo se elaboran los cosméticos y cuánto influye la proporción de los activos sobre el resultado que buscamos. Aunque la cosmética puede ser muy compleja, voy a intentar explicarte de forma sencilla lo más básico para que puedas elegir de forma más eficaz tus cosméticos.
Los puntos que vas a encontrar en este artículo son los siguientes:
- Listado de ingredientes: ¿sabes leer el INCI?
- Tipos de ingredientes: excipientes, aditivos y activos.
- En cosmética más no siempre es mejor.
- Por qué los cosméticos son más que su listado de ingredientes.
1. LISTADO DE INGREDIENTES: ¿SABES LEER EL INCI?
La Unión Europea describe qué es exactamente un cosmético en el Reglamento 1223/2009 del Parlamento Europeo y el Consejo, en el que afirma que un producto cosmético es “toda sustancia o mezcla destinada a ser puesta en contacto con las partes superficiales del cuerpo humano (epidermis, sistema piloso y capilar, uñas, labios y órganos genitales externos) o con los dientes y las mucosas bucales, con el fin exclusivo o principal de limpiarlos, perfumarlos, modificar su aspecto, protegerlos, mantenerlos en buen estado o corregir los olores corporales”. Aquí, como ya sabes, cuando hablo de cosméticos me refiero a los productos que aplicamos sobre nuestra piel para mantenerla sana y protegida, aunque ya ves que a nivel legal el concepto es mucho más amplio.
Incluso cuando nos centramos exclusivamente en aquellos cosméticos que aplicamos sobre nuestra piel, la variedad es inmensa, hay limpiadores, tónicos, esencias, ampollas, serums, cremas, etc. y no siempre es fácil entender qué debes buscar en cada tipo de producto, aunque hay algo que te puede ayudar: el listado de ingredientes.
Todos los cosméticos deben incluir en su etiqueta, sin excepción, el listado de ingredientes, lo que en ocasiones se denomina INCI, que son las siglas de International Nomenclature of Cosmetic Ingredients (Nomenclatura Internacional de Ingredientes Cosméticos). Es un conjunto de reglas establecido en Estados Unidos a principios de la década de 1970 por la CTFA (Cosmetic, Toiletry, and Fragrance Association: Asociación de Cosmética, Productos de higiene y Fragancias) para regular de forma clara la forma de denominar los distintos ingredientes que esos productos incorporan. A día de hoy, este listado se ha convertido en un estándar internacional con más de 16.000 ingredientes registrados. Leer las etiquetas de cosmética es mucho más sencillo gracias al INCI.
Las reglas del INCI son muchas, pero algunas de las que más nos interesan son las siguientes:
- Los ingredientes aparecen ordenados en función de su proporción (de mayor a menor), aunque aquellos ingredientes con una concentración inferior al 1% pueden mencionarse sin orden. Es decir, hay mayor cantidad de los primeros ingredientes que de los últimos pero la proporción de cada uno puede ser desigual (por ejemplo, el primer ingrediente puede constituir el 70% del producto y el segundo el 10%), sin que esto implique una menor eficacia. Hay ciertos ingredientes que legalmente no pueden introducirse con una concentración mayor al 1%, como el Phenoxyethanol, y que te permitirán saber que, a partir de ellos, el resto de ingredientes del listado tienen esa misma proporción (o menor).
- Los nombres de los ingredientes se incluyen principalmente en inglés, pero también se pueden incluir en francés o latín (por eso en muchas ocasiones encontramos ejemplos como: Aqua / Water / Eau).
- Los derivados directos de plantas usan nomenclatura del sistema Linneo y se escriben en latín (por ejemplo, Aloe Barbadensis es aloe vera).
- El fabricante puede solicitar por confidencialidad la exclusión de varios ingredientes de dicho listado. Este punto me parece bastante controvertido, algo de lo que hablaré más adelante.
- Los colorantes pueden aparecer al final del listado, sin un orden concreto por medio del Código CI (por ejemplo, el Azul No.1 sería CI42090).
2. TIPOS DE INGREDIENTES: EXCIPIENTES, ADITIVOS Y ACTIVOS.
Aunque hoy en día se da mucha importancia al listado de ingredientes de los productos (en ocasiones demasiada, algo de lo que hablaré un poco más adelante), sí que hay que reconocer que la composición es fundamental a la hora de entender qué puede aportarnos un cosmético y de qué forma. Igual que sucede cuando cocinamos, los ingredientes que utilizamos son clave para determinar el resultado que conseguimos. Ya que hay una inmensa variedad de cosméticos que podemos elegir, está en nuestra mano escoger aquellos que mejor se ajusten a lo que buscamos.
Antes decía que el listado de ingredientes nos puede dar varias pistas sobre un cosmético para averiguar qué nos puede aportar. Aunque parezca una obviedad, lo primero que debemos tener en cuenta es que si un cosmético incluye entre sus ingredientes algo a lo que seamos alérgicos no debemos utilizarlo.
Como es lógico, cada ingrediente de un cosmético cumple con una función concreta. En general, podemos distinguir entre tres grandes categorías de ingredientes: excipientes, aditivos y principios activos. Voy a intentar explicarte de la forma más sencilla posible qué es cada uno de ellos para que no vuelvas a tener dudas y puedas localizarlos más fácilmente cada vez que cojas un producto de cosmética.
Excipientes:
Los excipientes son la base sobre la que se desarrolla el cosmético, esto es, el vehículo. En función de los excipientes que incorpore un producto éste podrá ser una crema, un gel, una emulsión, una espuma, etc. Hay que tener en cuenta que todos los productos incorporan algún tipo de excipiente para que tenga una consistencia concreta. El excipiente más común es el agua (ya que es barata e inocua), aunque en las etiquetas de los productos cosméticos podemos encontrar habitualmente otros como la glicerina, el alcohol o las siliconas.
Aditivos:
Los aditivos son componentes que se incorporan a los productos de cosmética para conseguir una mejor conservación o un aspecto más agradable. Son los encargados de dar a los productos su olor y su color, entre otros aspectos. Son los responsables de que los productos sean suaves, rugosos, gelatinosos, pegajosos, ligeros, etc.
Quiero pararme a hacer una pequeña reflexión sobre un tema polémico del que se aprovechan algunas marcas: la demonización de determinados ingredientes (como los parabenos) que tienen mala reputación pese a la falta de evidencia científica que lo respalde, algo terrible a varios niveles. Por una parte, debemos ser críticos y esforzarnos en aprender para así ser capaces de distinguir lo que defiende la ciencia del simple marketing. Además, al evitar activamente determinados ingredientes que son seguros se fomenta el uso de otros respaldados por una menor evidencia científica. Recuerda que el uso de cosméticos está muy regulado y absolutamente todos los ingredientes que se utilizan son seguros de conformidad con la evidencia científica actual (aunque las leyes de los distintos países puedan diferir entre sí).
Activos:
Los activos son el componente más importante de cualquier producto de cosmética. Para entendernos, son los ingredientes que hacen que el producto aporte resultados. Por supuesto, hay infinidad de ellos y cada uno te puede ayudar a mejorar distintas preocupaciones. Algunos de mis activos favoritos son los retinoides, la vitamina C, los ácidos exfoliantes, los péptidos o la niacinamida. Al principio puede resultar complicado identificar correctamente estos ingredientes, pero con un poco de práctica sabrás hacerlo rápidamente.
Además de la presencia de estos ingredientes, debes tener en cuenta su proporción (en general, cada ingrediente aporta su máxima eficacia en concentraciones concretas), la forma en que se encuentra este ingrediente, los demás ingredientes de la composición (ya que pueden potenciarse entre sí) o su posición global en el listado de ingredientes (aunque más no siempre es mejor, como veremos más adelante). Sé que todo esto puede sonar extremadamente difícil, pero te aseguro que tener unas nociones básicas es más fácil de lo que parece.
3. EN COSMÉTICA MÁS NO SIEMPRE ES MEJOR.
Ahora que tienes unas nociones generales sobre la composición de los cosméticos, tal vez te plantees si no sería mejor utilizar un único producto que incorporase muchos activos para mejorar todas las preocupaciones de tu piel al mismo tiempo, algo así como un cocktail multiusos. Hay que tener en cuenta que desarrollar un producto no es sencillo, hay numerosos factores que inciden directamente sobre su eficacia y estabilidad, por lo que formular un producto requiere de gran dedicación.
En ciertos casos, nos encontramos con productos que tienen larguísimos listados de ingredientes en los que es prácticamente imposible no perderse. Esto puede resultar especialmente atractivo cuando no tenemos un cierto conocimiento sobre lo que nos aporta cada ingrediente y tal vez no somos capaces de apreciar que la mayoría de esos ingredientes pueden estar ahí para mejorar la textura, el olor, el color, la conservación, etc. Hay que tener en cuenta algo muy básico: que un cosmético tenga muchos ingredientes no necesariamente implica que sea un mejor producto.
Por otra parte, también podemos encontrar cosméticos con listados de ingredientes que parecen incluir, en un único producto, todo lo que podríamos buscar: retinoides, péptidos, antioxidantes, ácidos exfoliantes… Sin embargo, la simple presencia de ciertos activos no siempre basta para que esos ingredientes nos aporten resultados, sino que a veces se incorporan a la composición para aportar la imagen de que el producto es capaz de ayudarte con todas tus preocupaciones a pesar de que la presencia de esos activos sea mínima. Hay que tener en cuenta que muchos activos son especialmente inestables, por lo que desarrollar un producto que incorpore uno de ellos ya resulta bastante complicado.
Dicho esto, hay que reconocer que determinadas marcas sí que invierten mucho tiempo y esfuerzo en investigar y formular cosméticos complejos pero que son perfectamente estables y eficaces. Sé que no es sencillo distinguir qué productos son fruto de esa dedicación a la investigación y la formulación y cuáles son una simple herramienta de marketing, aunque en principio ninguna marca con una perspectiva científica tratará de comercializar sus productos como milagrosos o como lo único que tu piel necesita.
Por último, hay que tener en cuenta que los activos son más eficaces cuando están presentes a determinada concentración. De esto hay muchos ejemplos: el ácido retinoico se utiliza en concentraciones muy bajas (en ocasiones, inferiores al 0,025%), el ácido salicílico es más eficaz a una concentración entre 0.5 y 2%, la niacinamida aporta su máxima eficacia entre un 2 y un 10%, etc. Aunque a priori puede parecer llamativo un producto con una gran concentración de determinado activo, debemos valorar hasta qué punto eso nos va a aportar un resultado real respecto a otro con una concentración inferior.
4. POR QUÉ LOS COSMÉTICOS SON MÁS QUE SU LISTADO DE INGREDIENTES.
Hoy en día se da una grandísima importancia al listado de ingredientes de los distintos productos. Entiendo que, al ser algo común a todos los cosméticos, resulta fácil valorarlos atendiendo exclusivamente a este criterio, pero aunque un listado de ingredientes nos puede dar mucha información (y muy valiosa, especialmente cuando ya tenemos un cierto conocimiento sobre el tema), no puede ser lo único en lo que nos fijemos para analizar un producto. Al fin y al cabo, una tortilla o una pizza son algo más que los ingredientes que las componen.
En primer lugar, hay que tener en cuenta que no todos los ingredientes son iguales. Dependiendo del proveedor y el origen, un mismo ingrediente puede tener una calidad muy superior a otro con la misma denominación. Aunque esto es algo que suele escapar a nuestro conocimiento, algunas marcas se esfuerzan en utilizar ingredientes de calidad que pueden aportar una mayor eficacia que otros más económicos.
Además de esto, hay ciertos ingredientes que pueden incorporarse a las fórmulas de diferentes maneras para así conseguir que se comporten de una u otra forma cuando nuestra piel los absorbe. Un ejemplo es el retinol encapsulado: aunque lo encontrarás en el listado de ingredientes como Retinol, cuando está encapsulado resulta menos irritante y se absorbe de forma más eficaz.
Por otra parte, aunque en ocasiones simplifiquemos a la hora de hablar de ingredientes, hay algunos que podemos encontrar de muchas formas distintas. Un ejemplo sencillo es la vitamina C, que podemos encontrar como ascorbic acid, sodium ascorbyl phosphate, magnesium ascorbyl phosphate, ascorbyl palmitate, retinyl ascorbate, tetrahexyldecyl ascorbate, ascorbyl glucoside, 3-O ethyl ascorbic acid, etc. Aunque nos podemos referir a todos ellos como vitamina C (a pesar de que la mayoría son derivados de ella), cada uno tiene sus propias características y no por ser diferentes son menos eficaces o útiles.
Ya ves que hay muchos matices que escapan a nuestro control cuando vemos un listado de ingredientes y que pueden incidir directamente sobre el resultado que observaremos en nuestra piel. En ocasiones, los fabricantes nos informan acerca de estos aspectos para que seamos capaces de valorar si el producto es exactamente lo que buscamos, pero en otros casos no hay forma de saberlo.
Soy consciente de que en este artículo he dejado muchos elementos de lado y que también afectan al uso de un cosmético y a los efectos que nos aporta, como son su pH, su durabilidad o las sensaciones al extenderlo, pero próximamente os hablaré en más detalle sobre esos temas.
Hay un aspecto clave que no debemos dejar de lado, y es que al final la única forma de saber si un producto es el adecuado para ti es probándolo. Aunque el listado de ingredientes te puede aportar mucha información, al utilizar el producto es cuando eres capaz de apreciar realmente la forma en que éste reacciona con tu piel y si verdaderamente se ajusta a tus necesidades.
Quiero concluir con una reflexión importante, y es que los cosméticos son mucho más que sus ingredientes: son las sensaciones al abrir el envase y al aplicar el producto sobre nuestra piel, son el resultado que observamos, son su capacidad de interacción con otros productos, son el ritual relajante que supone hacer nuestra rutina de belleza, son nuestra capacidad de cuidar de nuestra salud y de disfrutar de un momento para nosotros mismos. La piel de cada uno es distinta, por lo que al final lo más importante es usar aquello que a ti te funcione bien.
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Soy Nacho, un apasionado de la cosmética. Me encanta aprender y compartir lo que sé sobre el cuidado de la piel y leo artículos científicos para que tú no tengas que hacerlo. Quiero romper estereotipos porque creo que la cosmética no tiene género: la piel es piel.
Gran post para tener como referencia! Para leer y releer… gracias por tu tiempo y trabajo y por compartirlo.
Hola Marta, bienvenida! 😊
Muchísimas gracias por tu apoyo y tus palabras de ánimo, no olvides compartir tus artículos favoritos con tus familiares y amigos! 😉
Que pases un día estupendo,
Nacho.
Hola Nacho, me encanta tus publicaciones, altamente interesantes. Desde hace 3 años empiezo a cuidar y valorar mi piel, tengo 43 años y sé que bastante tardío para esto pero creo k nada lejano., esto me ayuda bastante a elegir que cremas comprar. Ya que esto de comprar es bastante difícil. Yo quiero incluir a mis rutinas cremas para manchas y retinol pero se me hace difícil. Un enorme abrazo… Erika Ortiz – Perú 🇵🇪
Hola Erika, muchísimas gracias por tu apoyo! 😊
Aquí te dejo un índice con todos mis artículos informativos, entre los que puedes encontrar mi guía sobre manchas y un artículo detallado acerca del retinol en los que recomiendo algunos productos 😉
Que pases un día estupendo,
Nacho.